Existen algunos datos que establecen que las mujeres con discapacidad, tienen un 40% más de probabilidades de sufrir violencia, si las comparamos con mujeres sin discapacidad. El autor de la violencia en la mayoría de los casos sobre dichas mujeres es su marido o compañero. Niños/as con discapacidad tienen más del doble de posibilidades de ser físicamente atacado, que un niño sin discapacidad; y casi el doble de sufrir abusos sexuales. En aproximadamente el 48 % de los casos de abuso que han sido confirmados, la víctima era una persona mayor que no era capaz de cuidar de si misma. Según un estudio entre un 70% y un 80% de los casos de violencia contra personas con discapacidad no se denuncia.
Comparando con las mujeres sin discapacidad, las mujeres con discapacidad son mas susceptibles de sufrir violencia, así como soportarla durante más tiempo y que esta sea más grave. Algunas de las razones son:
- Mitos sociales. Las personas con discapacidad son consideradas como pasivas, indefensas, aniñadas, asexuadas y consideradas como una carga. Estos prejuicios tienden a hacer a las personas con discapacidad menos visibles a la sociedad, y sugieren que es improbable que puedan sufrir abusos, especialmente el abuso sexual.
- Incapacidad adquirida o aprendida. Las personas con discapacidad, y en especial las personas con una discapacidad intelectual o aquellas que durante un largo tiempo han estado viviendo en instituciones, son enseñados a ser sumisos y obedientes. Esta experiencia hace que sea más difícil para una mujer con discapacidad defenderse por si misma contra el abuso.
- Falta de educación sexual. Hay una tendencia a negar una educación sexual a las personas con discapacidad intelectual. En estos casos si la mujer no tiene estos conocimientos, en el caso de que sea abusada sexualmente, es muy difícil que pueda buscara ayuda, ya que puede no comprender bien que es lo que realmente la está pasando.
- La mujer puede ser que dependa de su cuidador-abusador, tanto económicamente como funcionalmente.
- Errores de diagnóstico. En algunos casos, se producen errores en el diagnostico del problema que la mujer está sufriendo. Así por ejemplo, se puede diagnosticar como ansiedad, lo que en realidad son signos de abuso; puede ser también que los trabajadores sociales sean incapaces de percibir signos de abuso emocional, o control económico.
- El abusador toma el control. Si la mujer busca ayuda, el abusador puede aislar a la mujer impidiéndola usar el teléfono o salir de casa, evitando que se pueda hacer un seguimiento de su situación.
- Justificación de la violencia. Algunas personas pueden entender que el abuso es necesario para tratar a las personas con discapacidad, o culpan a las personas con discapacidad del abuso que estas sufren, por lo que la violencia doméstica ejercida contra las personas con discapacidad estaría justificada.