La Asociación de Mujeres con Discapacidad (AMUDIS), organizó las I Jornadas sobre Violencia de género en Castilla y León: oportunidades y retos de futuro. En las mismas intervino la jefa de la Sección de la Mujer del Departamento Territorial de Familia e Igualdad de Oportunidades de Palencia, M. Ángeles Rasillo; María José Salvador Pedraza, de la Asociaciación Nuevos Horizontes y el abogado Palentino Germán Sánchez Díaz de Isla, que habló sobre los dispositivos y niveles de protección para mujeres víctimas de violencia de género.
Entre las principales conclusiones de la Jornada destacaron la mayor incidencia de la violencia sobre la mujer con discapacidad, de dos a cinco veces más, según estudios realizados en diversos países; la invisibilidad ( menos del 10% de las mujeres maltratadas hacen visible su situación); el largo historial de malos tratos y la indefensión del colectivo (las mujeres con discapacidad afirman ser víctimas de abuso de mayor duración y sentir como si tuvieran menos alternativas para escapar o poner fin al abuso derivado de la relación de desequilibrio de poder y dependencia, evidente en la vida cotidiana de muchas mujeres con discapacidad).
Así, también destaca la normalización cotidiana de las situaciones de maltrato que se manifiesta en comportamientos tales como el aislamiento forzado, el confinamiento, la administración forzada y coercitiva de psicofármacos, la institucionalización forzada y coercitiva, la retención y aislamiento en instituciones, la creación de situaciones de pretexto en las que la mujer aparece como violenta o incompetente.
En relación a los factores que propician las situaciones de maltrato, destacan el entorno de sobreprotección y desinformación hacia las mujeres con discapacidad en relación a sus derechos desde el núcleo familiar más inmediato, hasta espacios institucionalizados -hospitales, centros, residencias y la gravedad de la situación de dependencia y/o discapacidad (cuánta mayor discapacidad, con mayor probabilidad son vulnerables a sufrir violencia física, psicológica y/o sexual).
Además de las barreras comunes con otras mujeres para escapar de la violencia de género, existen otras que afectan específicamente a las mujeres con discapacidad: aumento de la dependencia (física, financiera o ambas) del agresor para las tareas de cuidado, dificultad para contactar con los refugios u otros servicios de intervención, falta de acceso a la información sobre servicios disponibles, dificultades en el acceso al transporte, miedo a ser institucionalizada y temor a no ser creída.
Germán Sánchez Díaz de Isla.